¿Sería justo tratarnos como iguales?

En la gestión de las actividades de la red Cecosesola, participamos más de 1500 personas de diversas procedencias. Venimos de diferentes núcleos familiares y vecinales. Algunas del campo y otras de la ciudad.

Nuestra formación escolar se desarrolló en variados ambientes. Unas personas finalizamos la educación superior. Otras no completamos primaria o bachillerato.

Unas nos abrirnos a las oportunidades que facilitan la ausencia de líneas de mando y las rotaciones de las tareas. Sin embargo, en ocasiones otras nos ponemos límites.

Por ejemplo, hay quienes sin haber aprobado tercer grado pasamos a ser cajeros e inclusive a llevar aspectos de la contabilidad. Mientras otras, nos negamos las posibilidades que facilita nuestro proceso para ampliar nuestros conocimientos.

Algunas gravitamos en lo concreto. Otras tendemos a captar las actitudes presentes en las relaciones. Como cuando vamos comprendiendo que la nivelación es una relación de poder sobre el otro, donde hay quienes nivelamos y quiénes nos dejamos nivelar.

Por ejemplo, cuando se nos amenaza con esa frase “que vas a decir tu si tú también…” y a continuación se hace referencia a aquello de que el que tiene rabo de paja, no se acerque a la candela…

Y si todas las personas nos dejamos nivelar, nos reduciríamos al mínimo común denominador. Allí sí seriamos personas igualitas, en el sentido de que nuestro aporte se iría emparejando con el aporte de la persona menos comprometida.

Otras veces, tendemos a no aportar a las reflexiones, ya sea por timidez o quizás, simplemente, para no meternos en problemas.

La red Cecosesola es un complejo de variadas actividades económicas con altos volúmenes de operaciones (más de 100 millones de dólares anuales). La gestionamos un gran número de personas sin ninguna estructura jerárquica.

De manera que esto nos exige a todas las personas estar pendiente del cumplimiento de los acuerdos, de la marcha de lo operativo en su conjunto, así como del proceso educativo que hace que nuestra manera de autogestionarnos funcione.

Sin embargo, hay para quienes estos aspectos no forman parte de sus preocupaciones. Nos recostamos de quienes intentan captar la globalidad. Se corre el riesgo de que se vaya reforzando una jerarquía informal.

Un proceso colectivo no se puede decretar. Si no emana de un profundo proceso de reflexión que vaya desdibujando las jerarquías informales, se puede ir convirtiendo en una caricatura de lo que aspiramos generar. Las jerarquías se irían acentuando.

Y en la misma dirección, algunos somos capaces individualmente de tomar decisiones colectivas basándonos en los criterios y fundamentos que hemos consensuado entre todas. En otras ocasiones, tendemos a llevar todo a las reuniones. Las utilizamos como un comodín que remplaza al jefe. Renunciamos a las posibilidades que se nos presentan para nuestro desarrollo personal.

Evidentemente no somos iguales. Somos personas de una enorme diversidad. Cada quién va dejando sus propias huellas.

De manera que pudiéramos estar decretando una igualdad poco equitativa cuando acordamos que en cada espacio tengamos el mismo anticipo (nuestro ingreso personal).

¿Será que todas las personas que estamos en el quehacer diario estamos dando nuestro mejor esfuerzo?

Por ejemplo, ¿Quiénes si y quiénes no, estamos poniendo a disposición todo nuestro potencial? O, inclusive, ¿será que algunos podríamos estar utilizando las libertades que nos damos para provecho personal?

El reto se encuentra en sumergirnos en ese proceso de ir construyendo relaciones equitativas, trascendiendo esa igualdad que a veces decretamos. Una igualdad que tiende a generar enormes injusticias si no nos exigimos el contribuir según el potencial de cada quién.

La equidad es un proceso sin fin, de ir encontrándonos con lo que es justo, partiendo de lo diverso que vamos siendo. Por lo cual la equidad no se puede decretar, así como no se puede decretar la confianza. Son procesos emergentes.

Nota: Este artículo fue escrito, para la columna “Transitando nuevos senderos ” del portal https://desinformemonos.org/

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