Desde sus comienzos, nuestro fondo de salud se nos presentó como una tremenda oportunidad para ir transcendiendo nuestro individualismo, construyendo en el día a día relaciones empáticas, equitativas, de cuidado mutuo. Tratándose de una oportunidad educativa, desde sus inicios estábamos claros que la manera de prestarnos este servicio no podría ser un mero hecho administrativo, tipo compañía de seguro: presento mis facturas y mecánicamente recibo el reembolso que me pudiese corresponder.

Nuestro fondo cubre un alto porcentaje de los costos relacionados con la salud de las personas que estamos en el quehacer diario, así como de nuestros padres, madres e hij@s que dependen de nosotr@s. En total somos más de 5000. Se nutre de aportes personales y múltiples actividades colectivas.

Se trata quizás de nuestra mejor oportunidad para practicar la autogestión responsable con equidad y apoyo mutuo, donde todos y todas somos responsables de alimentar y mantener la capacidad del fondo para responder a todas nuestras necesidades de salud. Una tremenda alternativa para ir construyendo y ampliando ese NOSOTR@S tan necesario para que un proceso autogestionario pueda funcionar entre tantas personas, sin necesidad de estructuras organizacionales, sin reglamentos, solo con base a criterios colectivos flexibles. El fondo de salud, quizás más que cualquier otra de nuestras actividades, propicia el acercamiento humano.

Permanentemente, estamos informados de cualquier situación delicada de salud e inmediatamente emergen creativamente maneras colectivas de apoyar a la familia afectada. Nunca falta una pequeña colaboración espontanea de nosotras las personas asociadas, así como múltiples actividades colectivas para reponer la parte que le toca posteriormente cancelar al grupo familiar. Igualmente, cuando la liquidez del fondo se encuentra comprometida emergen nuevas actividades colectivas para nutrirlo.

La confianza, la identidad y el apoyo mutuo que se van profundizando nos dan la seguridad de ampliar la cobertura de los servicios de salud sin necesidad de estudios estadísticos de morbididad. Estamos seguros de que, si nos pasamos de generosos, buscaremos entre todos y todas como reponer lo necesario.

En estos momentos, con la llegada del coronavirus, si fuéramos un seguro hace tiempo hubiésemos bajado la santa maría.

Y ante este tipo de situaciones, el hecho de sobreponernos, construyendo alternativas entre todos y todas, no solo garantizamos la continuación del fondo, sino que también, más importante aún, salimos fortalecidos, cada vez más identificados con un proceso de ir trascendiendo el individualismo, construyendo relaciones de responsabilidad colectiva, equidad y cuidado mutuo.